El corrector
Te servirá para esconder definitivamente las imperfecciones del rostro, sobre todo granos, ojeras, bolsas en los ojos, y así igualar la tonalidad de la piel.
Pero como siempre, hemos de usarlo con moderación.
Los correctores se venden en cinco modalidades, la diferencia entre ellos tiene que ver más con su aplicación y grosor que con su fórmula (grasa o a base de agua).
Escoge el que te vaya mejor. En general, los correctores más secos tienden a adherirse mejor a la piel.
En respecto al color, prima lo explicado anteriormente, y por supuesto que sea del mismo color que el fondo o si acaso un poco más claro. Así pues, como antes los colores a base del amarillo son los mejores para contrarrestar rojeces y el azulado de las ojeras.
Su aplicación requiere más precisión que la del fondo, concéntrate en lo que hay que esconder y difumínalo luego. Aplícalo manteniéndolo transparente, es preferible aplicar varias capas que una sola espesa.
Para tapar un grano aplícalo con un pincel pequeño de sombra de ojos en vez de con el dedo. Si no logras taparlo a pesar de tu empeño y la aplicación de varias capas, entonces conviértelo en un lunar con un toque de lápiz de ojos marrón o sombra.
Para las ojeras aplícalo directamente sobre el área oscura con el dedo anular o con una esponja triangular. Aplica con unos toques y difumina lo más delicadamente que puedas hasta mantenerlo transparente, todo esto es igua a belleza de una mujer.